Mi amiga rezaba todos los díass y la verdad que es muy interesante ver la 'ceremonia' que montaba en un plis: con su campanita, una foto de buda y el inciensario, una especie de collar y como un rosario en una mano -además de las reverencias varias y unos cánticos.
Tanto ella como su madre son un encanto de personas, agradables, simpáticas, adorables (la madre ronda los cincuenta y también hace el gesto típico de la paz con los dedos), y lo que más me llama la atención: no se preocupan por el dinero sino que se preocupan en hacer feliz a sus amigos.
Una vez más, solo puedo decir buenas palabras a las dos y mostrar mi más sincero agradecimiento a la hija por su nueva visita y compañía. Muchas gracias una vez más.
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